Cultura / Controversias

¿Por qué las japonesas gritan tanto en el porno?

El porno japonés es definitivamente el contenido para adultos más popular que proviene de Asia, incluso considerado un género propio en casi todos los sitios de pornografía en Occidente. Aparte de su multitud de subgéneros exclusivamente japoneses (bukkake, gokkun, omorashi, tentáculos y demás cosas raras), el porno japonés destaca especialmente por los gemidos y llantos agudos, exagerados y casi infantiles de las actrices.

Revisemos algunos ejemplos:

Aunque los gritos puedan incomodar al público occidental, en realidad no es más que una normalidad para el mercado al que van dirigidas estas películas: los hombres japoneses. Recordemos que el porno cumple las fantasías de los espectadores. En Japón, la fantasía más generalizada gira en torno a que las mujeres deben parecer inocentes, infantiles y excesivamente sumisas o forzadas a la sumisión. Las mujeres se eligen, se visten y se maquillan para que parezcan jóvenes, y el hecho de que suenen como tales solo complementa esta fantasía nipona.

Los gemidos agudos, naturalmente, hacen que la actriz porno suene más como “una joven e inocente colegiala”, jugando con la fantasía popular de acostarse con una chica joven. En la cultura japonesa existe una atracción popular por la conquista de una chica virge e incluso la profanación de la inocencia femenina por parte de un hombre dominante. La idea que muchas producciones porno japonesas parecen promover es que la mujer actúe como si negara el sexo, pero en realidad lo estuviera deseando.

De hecho, la actriz porno Erika Nishimori explicó sobre esta tendencia en una entrevista previa, comentando: «Hago expresiones y gestos embarazosos. Es actuar para llorar y asustarse. Lo hago para que los hombres se exciten. Pero el sexo no es así en la realidad». En la cultura tradicional japonesa, el papel de la mujer siempre se ha definido como sumiso, una tendencia cultural que se ha contagiado a la cultura occidental.

Y aunque gran parte de la sociedad japonesa moderna haya dejado atrás este tipo de pensamiento en la vida real, el porno y otras formas de entretenimiento basadas en la ficción han permanecido para el público que aún fantasea con esa cultura. Eso explica el tema común en el porno japonés en el que la mujer se muestra tímida y reacia, y con fuerza o “poder”, el actor masculino la vence.

La aparente “falta de voluntad” de la chica, subrayada con chillidos y gritos, se convierte en algo placentero para un tipo particular de público. En general, los gemidos, los chillidos inocentes y los gemidos dolorosos alimentan la fantasía del machismo, en la que el hombre inflige tanto placer que causa un dolor intolerable a su pareja. Pero recordemos, solo es porno, no es la vida real.

Pues bueno, te dejamos con una imagen de Nanami Matsumoto para cerrar este artículo, que fue un poco diferente que lo que acostumbramos.

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